martes, enero 08, 2008

impotencia,disfuncion eréctil ,"o no dar la talla"


Se llama miedo a la impotencia — el temor de no poder lograr y mantener una erección — puede impedir que un chico tenga y mantenga una erección. Le pasa a la mayoría de los hombres en algún momento en sus vidas, y entender las causas del miedo a la impotencia puede ayudar a que muchos superen este temor


Cuando un chico está excitado sexualmente, la sangre llega al pene más rápido de lo que sale, lo que se llama vasocongestión. Esto es lo que causa una erección — el pene se agranda y se endurece. Cuando una persona siente ansiedad se producen cambios físicos en su cuerpo, incluso el endurecimiento de los vasos sanguíneos. En los hombres, esto dificulta que la sangre llegue al pene y puede ser difícil lograr o mantener una erección.Otros factores que pueden impedir que se tenga o mantenga una erección incluyen falta de atracción por la pareja, una imagen negativa de su cuerpo, baja autoestima, problemas en una relación, o el uso de alcohol o drogas. Ciertas condiciones, como la diabetes y algunos medicamentos tales como ciertos antidepresivos, también pueden causar problemas con las erecciones.Si bien la mayoría de los hombres ocasionalmente tiene problemas para tener una erección, cuando ocurren con frecuencia, es una buena idea consultar con un profesional de la salud, porque puede haber muchas causas diferentes.


El miedo a la impotencia puede convertirse en un círculo vicioso: un hombre se pone ansioso porque no puede lograr una erección, lo que causa problemas eréctiles, lo que a su vez lo pone aún más ansioso. ¿Pero qué es lo que provoca la ansiedad en primer lugar?A menudo, la ansiedad de lograr un buen desempeño sexual se basa en las presiones sociales. Las películas, la televisión, las revistas e incluso las conversaciones con amigos o en el vestuario pueden hacer que un chico se pregunte si está a la altura de las circunstancias: si su pene es suficientemente grande, si acaba demasiado rápido, si puede satisfacer a su pareja.Estas mismas fuentes nos pueden hacer pensar en el sexo de una manera muy limitada. En nuestra cultura, muchas personas piensan que el sexo no "cuenta" si no hay penetración. Y si un chico siente ansiedad puede no lograr una erección, en cuyo caso no habrá penetración, lo que puede hacerlo sentir como un fracaso. De la misma manera, puede sentir frustración si él o su pareja no tiene un orgasmo. Esta visión del sexo en la que hay un objetivo determinado, puede significar mucha presión para los chicos — y las chicas también. Podemos empezar a compararnos con las imágenes que presentan los medios o con amigos y temer que, cuando se trata de sexo, no cumplimos con las expectativas.


Haciéndole frente

Reconocer la influencia que la sociedad tiene en nuestra vida sexual es tan sólo una de las maneras de combatir el miedo a la impotencia. Hablar sobre nuestras ansiedades o deseos también puede disminuir la presión y ayudar a los miembros de una pareja a resolver juntos un conflicto.

Es importante que tanto los chicos como sus parejas acepten los problemas de erección como una parte normal de su vida sexual y no permitan que la ansiedad torne las relaciones sexuales más complicadas y menos placenteras.

Si un chico tiene problemas para lograr o mantener una erección, la pareja puede dejar de intentar tener relaciones y participar en otro tipo de juegos sexuales que no requieren una erección — como por ejemplo besarse, tocarse, tomarse de la mano o hacerse masajes. No importa el tipo de juego sexual en el que participen, debe resultar cómodo y agradable. Si la pareja comienza a sentirse ansiosa o preocupada, pueden parar o probar otra cosa. Además, dejar de tener como "objetivo" el sexo con penetración o el de lograr un orgasmo puede hacer que los juegos sexuales sean más estimulantes y reduzcan el nivel de presión en la pareja.


Cuanto más sabes ...Cuanto más se sabe sobre el miedo a la impotencia, más fácil es manejarlo. Podemos pensar sobre las expectativas que existen en la sociedad sobre el sexo y hablar con nuestra pareja sobre cómo algunas de esas expectativas pueden ser intimidantes y poco realistas. Podemos mejorar el nivel de comunicación con nuestra pareja para que los juegos sexuales sean más placenteros y cómodos. Y podemos aprender más sobre nuestros cuerpos y qué tipo de juegos sexuales preferimos. Saber más sobre nosotros mismos nos da la capacidad de tener una sexualidad sana y una relación feliz.
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