Ayer por la tarde me preguntaron que a dónde me apetecía ir;

le respondí: al único sitio adonde realmente me apetecería ir es a un sitio a donde no podemos ir: un lugar cuyo único requisito es que pudiéramos cogernos de la mano y pasear tranquilamente sin que nadie se extrañara.

Evidentemente no fuimos a ese sitio, porque no existe. Aunque en España y muchos otros sitios ese comportamiento es legal, aún subsisten muchos prejuicios que hacen que, de hecho, no se pueda vivir con libertad el amor entre personas del mismo sexo.

Esta página quiere contribuir a que existan esos lugares en todas partes... hasta que dejen de existir porque todo espacio humano sea ya un lugar libre en donde todas las personas puedan manifestarse su amor con total libertad y respeto.